Por Bernardo Sagarra Tejada. Promoción LXXII

El día 23 de noviembre, el Colegio mayor San Pablo recibió con gran afán al ganadero D. Juan Ignacio Sagarra Gamazo, del hierro El Raso de Portillo, el cual goza y presume de ser el más antiguo de España. Una charla más que esperada tanto por los colegiales como por los aspirantes, debido a la gran afición taurina que existe entre todos estos.

Como siempre, se esperó en la imponente entrada del Mayor la llegada del invitado, -que en este caso venía con su hija- para darle la bienvenida por parte del Director, Director Adjunto y los colegiales encargados de la comisión correspondiente. Se pasó a la sala Isidoro Martín, donde con mucha ansia se esperaba el inicio de la charla.

El invitado venía hablar sobre la cría del toro bravo en El Raso de Portillo y de la tauromaquia en general. Así mismo, inició la charla contando los orígenes de la ganadería (fundada en 1747), la evolución y el funcionamiento generación tras generación de la misma, y sus puntos más destacables a lo largo de su trayectoria en la historia. Una vez finalizó este tema, se metió “en faena” con el tan polémico mundo de la tauromaquia, lo que suscitó gran interés por parte de los colegiales. Expuso su opinión sobre los toreros actuales, el tan criticado “Tercio de varas” que con mucha calma explicó al detalle, y también criticó al detalle la falta de emoción y de peligro que todos los aficionados notamos en las plazas actualmente, algo que nuestro invitado pensaba que puede suponer la muerte de esta bella tradición.

Una de las curiosidades destacables sobre la charla fue la opinión del ganadero hacia un tema muy hablado ahora mismo como es “El indulto del toro” con el cual no estaba en absoluto de acuerdo. Algo que parecería sorprendente, ya que un indulto significaría el premio máximo para el toro y el ganadero, perdonarle la vida por su actitud formidable sobre el albero. El invitado no opinaba así, simplemente dijo que un toro de lidia nace y existe para morir en la plaza peleando por su vida, algo con lo que todos los aficionados deberíamos coincidir, ya que esta es la propia razón de existencia y parte de la esencia. Además, añadió que dar el indulto a los toros de forma tan habitual, se hace para dar una falsa imagen ante estos colectivos pegavoces que se denominan “animalistas” o “defensores de los animales”, mostrando así, que también se salvan y que la tauromaquia no es tan mala. Todo ello supone una prostitución y una lenta corrosión del mundo de los toros. El otorgar un premio de máximo honor a simples “perros grandes” sin ninguna bravura, conlleva disminuir el valor y la dificultad de la obtención de tal distinción, pasando de ser un hecho insólito a ser una cosa vulgar.

Por fin llegaba el tan esperado turno de preguntas. Para un buen aficionado es una gran oportunidad el poder debatir sobre un tema que le apasiona con el ganadero de la ganadería más antigua de España. Hubo un buen número de preguntas de distintos tipos; el debate fue del todo agitado y muy interesante. En algunos aspectos se coincidía y en otros no, y es ésta disparidad de opiniones lo que hace tan especial y único el mundo taurino; cómo gente de distintos tipos y distintas opiniones puede ponerse a los pies de un torero que logra darle la vuelta a una plaza.

Como es habitual, una vez terminado el debate, pasamos al espectacular comedor de invitados en el que se había dispuesto una mesa inmensamente larga que rodeamos todos los asistentes a la charla y en la que se debatió y escuchó con atención lo que se decía. En definitiva, fue un acto en el cual el invitado respondió a todas las preguntas, sin ningún tipo de reservas y dando su opinión abiertamente sobre el tema. Al finalizar, todos acompañamos al invitado a la puerta, donde mostró su gratitud por la invitación y por lo bien que se lo pasó.